miércoles, 5 de marzo de 2014

Mensaje EqUiVoCaDo!

Hoy he decidido exponerme, si gente, la neurona hoy… tiene un bloqueo metabólico (o ganas de reírse de si misma)
Es una de esas fechas donde mezclo una cualidad defectuosa con el avance tecnológico en mi vida. Es por eso que digo, “El despiste cotidiano extrapolado a los avances de hoy en día”
Hace mucho tiempo que me quejo del msn, de los mensajitos de texto, de los milimétricos celulares que nos invaden como plaga y son una inevitable extensión del cuerpo. Suspiro por el beneficio del uso, pero lo que me avergüenza, es el abuso.
Y de lo que sigue, soy culpable, soy inevitable poseedora de las ridículas y recurrentes anécdotas que me condenan y me obligan a exponer esta absurda pero incontenible queja.
Una amiga de años que comparte el cuarto de siglo conmigo (pero con mas alegría) me dijo un día “el celu y los txt son los peores amigos en una relación”
No es un pensamiento profundo, pero yo diría, que es un consejo light a tener en cuenta, sobre todo para las eternas neuronas despistadas como yo. Y debo decir, que sin usar a los peores amigos en una relación de pareja, igual me han causado uno que otro sonrojo detrás de la pantalla a color de mi humilde LG...
En un pasado (universitario) no tan lejano solía, sin querer, romper abundantes platos y tazas, quemar plantas de interiores con calefactores, llevarme bien puestos esos gruesos postes de luz en pleno día, tirarme en picada por las escaleras de un primer piso, y hasta sabía aterrizar luego de una vuelta mortal en una dura avenida, con bicicleta y todo encima… Sin embargo en el presente, las cosas han cambiado. Fue así que en el transcurso de lo que fue y lo que es, no me hice la rebelde con Darwin y aquí estoy… en medio de la evolución (o revolución), aprendiendo de los errores y las torpezas.
Para ser mas precisa, encontrando nuevos retos para superar (o tratando de manipular los retos que me llevan por delante).
Puedo decir con absoluto orgullo, que he progresado con la tecnología, he llevado mi despiste habitual a los medios de comunicación, ya no quemo naturaleza verde, me quemo yo (con mis amigas/os, o con el chico/a nuevo/a que conocí), no me doy duro con el asfalto luego de una grotesca caída, pero si me desayuno una respuesta de mármol producto de un mail equivocado…
No gente, yo no soy de esos viejitos en guerra con el teléfono que marcan mal el número porque no tienen el disco que da vueltas y tarda un millón de años en volver… Yo mando mensajes, pero de vez en cuando, me equivoco de destinatario. Aunque el detalle mas importante, es sin duda, el hábito de contar mi vida personal con informes y entregas detalladas de los asuntillos menos públicos que en algunos momentos, suelo protagonizar.
Supongo que esto se vuelve realmente malo, cuando llegan al lugar menos indicado.
Es necesario agregar, que en determinadas épocas en las que vivo suspendida en conductas impulsivas, vomito los eructos mentales de medianoche en el aparatito que tengo a mi lado, justo ahí, cuando el insomnio esta a punto de clausurar las sinapsis nerviosas por tiempo indeterminado (Y sí, encima de todo, esta perversa y enemiga costumbre es pareja fiel de mi despiste). En ese instante comienza el baile, los guardo, no los mando. Pero quedan ahí, potenciales adversarios de mi buen juicio, esos malditos mensajes que en la ebriedad de mi desvelo, me parecen alucinantes…?!
Tiempo después, cuando un suceso inexplicable desata la locura galopante de mis dedos inquietos y escribir en mis tomos personales o en un blog no alcanzan, le doy el Ok al mensaje guardado hace siglos…
Otras veces el conjunto de letras va bien redactado y bien dirigido, ya que es inevitable dar un anticipo urgente al oído que horas o días después me va a escuchar de todos modos. Pero no se porque, me equivoco. Acto fallido. Y el mensaje va a parar a cualquier lado, al menos pensado, o al peor lugar.
Y bueno, que puedo decir, cada quien lleva el despiste al plano que mas le apetece.
Ahora bien, ¿de que me quejo?
Me quejo y me disculpo para el publico con absoluta y genuina franqueza, del alelo dominante que es culpable de esta inexplicable idiotez. 
Así, al menos parece que no he llegado al punto de sobrepasar el limite de la vergüenza para reírme a patadas de mi misma, y al mismo tiempo, disfrutarlo con exquisita indulgencia.

Después de esto, me encantaría saber si tengo clones dando vueltas por ahí, así formamos un grupo de auto ayuda y nos adaptamos al mundo, sino, me temo que será imposible vivir con algo de privacidad... y de vez en cuando, con alguna trampa!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario